lunes, 22 de agosto de 2022

El grito de Luis Miguel Montero Alvarado

Era sábado, la hora rondaban las dos o tres de la tarde, la universidad estuvo transitada ese día hubo parciales, pero dichos parciales tenían como hora de cierre las doce del mediodía, entonces, ¿Qué hace un estudiante en los campus de la universidad un día en que no tiene clases matriculadas, ni exámenes por presentar?, se los respondo con tres simples palabras; No les importa. Pero les quitaré la duda, mi plan ese día era llenar de películas mi computador, para una maratón en la noche, había tenido una semana dura, necesitaba algo para descansar y desconectarme un rato.

Estaba en las mesitas que hay por el bloque 16, dicen que el internet ahí llega rápido, no sé, yo les creo. Puse a descargar creo que era la cuarta película, me gustan en HD y en idioma original, así que la búsqueda a veces se hace un poco difícil. Me dieron ganas de orinar y  cuando me dispuse a ir, dejé mi computador y mis pertenencias al cuidado de uno de los escasos cuatro desocupados que estábamos en las mesitas.

Soy primíparo de virtualidad, no tengo ubicados todos los baños del campus, así que fui al baño de la biblioteca, estaba cerrado. “¿Pa’ ‘onde agarro?” me dije, y la orden que me dio mi mente fue “Pa’l 46” sí, sé que de pronto su decisión hubiera sido para el Ágora o no sé para donde más.

El baño de personas no menstruantes del primer piso estaba cerrado, como que era el día. Subí al segundo piso, en la puerta vi la bandera del ELN, miré bien y me doy cuenta de que no es el ELN, es el MPR o MRP, no recuerdo bien, entré al orinal y comencé a silbar… No mentira, no sé silbar, pero si saco un sonido agudo al apretar los labios, lo hice e hice mi necesidad plácidamente. Terminé, me lavé las manos con agua y jabón como Pimpón y cuando me dispuse a salir un “¡HEY!”, me detuvo, me volví hacia el baño, el grito me pareció provenir de uno de los sanitarios, y pues, esperaba que sí, ya que en los orinales solo estaba yo.

“¿Ya te fuiste o sigues ahí?” volvió a gritar, entré al baño y busqué el sanitario de donde provenían los llamados, al estar en la puerta respondí:

-Sigo acá. ¿Todo bien ahí?

Pregunta muy imbécil, pero no se me ocurrió nada menos cliché.

-NO- me refuta- no hay nada bien aquí dentro, estoy acá encerrado hace como media hora, han entrado como dos personas y me ha dado pena pedirles algo. Marica, ya tengo el culo cansado. Necesito papel. –

Me explicó cómo sacar papel en una de las dispensadoras, y salgo en búsqueda de una de ellas, pero también pensando en que nunca he hecho del dos en el baño de un lugar público y que si me llegara a pasar una situación de estas, ¿Si tendría valor para pedir ayuda o hubiera buscado otro tipo de soluciones? Esas se las dejo a su conciencia e imaginación.

Volví al baño después de haber coronado con 4 pedazos de papel, y se los pasé por debajo, me dio las gracias y me fui con rapidez porque realmente no quería saber quién era esa persona.

Vuelvo a las mesas termino mi tarea, retorno a casa y me olvidé de ese suceso, hasta hoy.


10 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. En esa situación, hay más opciones que el papel, solo digo.

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  3. Me lavé las manos con agua y jabón como Pimpón

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  4. JAJAJJAJAJJAJA cosas que me pasaría a mí

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  5. Jajajjajajjajaja que bueno que no te quedaste a verle la cara

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  6. Jajaja, no quisiera que mi conciencia se viera en la situación de realizar esta pregunta. No sería capaz.

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  7. Jajajaja creo que me hubiera muerto de pena, jamás haría del dos en un baño público

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  8. Una situación un poco incomoda, pero mejor pasar por eso a tener que recurrir a otras soluciones, además pobre chico el pánico que debió sufrir al darse cuenta que no tenía papel y la cantidad de cosas que debieron pasar por su cabeza...

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  9. Tu cuento es una genialidad, es muy ingenioso te juro que me reí, hubo suspenso y un final irónico, solo le encontré un detallito que no me sonó pero eso debería decirlo otro, tal vez solo soy yo, por favor hasle un favor a este mundo y sigue escribiendo.

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