La pandemia nos cambió, para algunos la depresión, la
tristeza, y la ansiedad entro en nuestras vidas y ni sabíamos que era lo que
nos ocurría, ahora somos extraños, sostener la mirada cuesta, las palabras son
pocas, el no saber cómo empezar a socializar con los demás es incómodo, te
hablan y no sabes que responder, tan solo una sonrisa es lo que podemos dar.
Ahora es el momento de reconocernos, de poder respirar el aire fresco, el saludar,
tener clases presenciales, estudiar en grupo, el reírse de los chistes de las y
los compañeros, el poder escuchar sus historias es algo que enriquece, se hace
uno sensible, al escuchar que somos historias, que somos una cultura diversa,
donde una palabra puede significar otra cosa diferente a lo que conocemos, que
hay muchos lugares por conocer, que hay mucho por estudiar, que hay deporte por
hacer, amistades por conocer, amores por llegar, historias por escribir y vivir
nuestras vidas, son las cosas maravillosas de habitar la Universidad Nacional.
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