lunes, 22 de agosto de 2022

La elección de Habitar de Juan Esteban Torres

Por los pasillos de algún bloque de la universidad un estudiante lee un panfleto de dos párrafos que dice: “Sé que lo que escribimos, en ocasiones, se transforma con el pasar de los años y para las venideras generaciones, en cuentos, mágicas historias o, incluso, en icónicas leyendas, y tal vez haber salido de este trance negro y oscuro donde el tiempo fue incomprensible y despiadado con cada uno de nosotros solo pueda ser leído por aquellos del futuro como una historia con un lindo final.

 Después de que la ciencia y la tecnología nos hicieron creernos inmortales como especie humana. En 2021, el mundo seguía retorciéndose de impactantes eventos que tan solo veíamos posibles en imaginativas mentes, pero esta historia no posee ni directores o guionistas, aunque si la narra la humanidad desde múltiples vivencias, perspectivas y emociones”.

Alguna de estas palabras tuvo que haber conectado con el joven estudiante pues, al acabar de leerlas, su cuerpo repleto de energía se dispuso a correr por todo el campus universitario sin importarle si pisaba fango o cemento. La universidad nunca fue tan grande, los árboles nunca fueron tan altos, los bloques nunca estuvieron tan alejados, las caras de las personas que habitan la universidad nunca fueron tan distintas. En su mente dejaron de pasar recuerdos de momentos vividos en aquellos espacios que recorría y se plagó de sueños y condiciones de posibilidad.

 Pero al tiempo que su cuerpo se agotaba, también veía que los muros nunca habían sido tan grises, nunca había hecho tanto frío en la universidad, los pasillos nunca fueron tan silenciosos y aunque intentara pensar que aquello podría cambiar, pasó por su mente el último pensamiento: nunca ha estado tan cerca de graduarse.

 Aquel joven estudiante que olvidaba que se encontraba en su último semestre del pregrado que cursaba pasea a solas cerca de los restaurantes de El Ágora, y con una notable tristeza, observa lo que hay a su alrededor, como tomando fotos con sus ojos para dejar un bello recuerdo. En el caminar, y en medio de su almuerzo una cara conocida lo llama, es un viejo maestro con el que ha cursado 4 cursos, se saludan y casi como si este leyera la mente del estudiante, le dice: -Esté tranquilo, una vez pasas por la universidad, eres parte de ella y ella de ti, y es tu decisión si seguir habitándola y creciendo junto a en ella. J.H Torres


3 comentarios:

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    1. Qué lindo. La nostalgia de lo que no pudo ser.

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    2. Es muy Fácil sentirse identificado, esa etapa de la vida genera mucha nostalgia.

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